Más de mil materiales componen el acervo del CEVIDI, el cual se encuentra disponible para la consulta en sala desde hace poco más de un año. Recuerdo que ofrecimos a los medios un breve recorrido de manera posterior al conversatorio homónimo de la exhibición Confrontación 66. 50 años después y  una de sus preguntas recurrentes fue ¿cuáles eran “las joyas” del acervo bibliográfico? En ese momento sin lugar a dudas la respuesta fue la primera edición de Nueve pintores mexicanos. El ejemplar tiene características que son consideradas exquisitas para los coleccionistas ya que además de ser uno de los 100 ejemplares que llevan la huella de su autor, Juan García Ponce, ostenta las firmas de los nueve pintores. El libro es resultado de la experiencia estética individual de su autor. Los ensayos contenidos abordan la obra de nueve artistas contemporáneos de México que, a juicio de García Ponce, se caracterizan también por su individualidad, entendida como un ejercicio de libertad y de expresión plástica personalísima; de este modo, los breves textos del libro distan mucho de ser semblanzas biográficas de cada artista, apartándose casi por completo de los contextos sociales y culturales de la historiografía del arte, para centrarse y privilegiar “la realidad única de las obras”.

Este y cada uno de los materiales del acervo CEVIDI ha sido seleccionado cuidadosamente para integrar un nutrido conjunto de catálogos, libros, archivo hemerográfico y multimedia que dan cuenta de una de las etapas más convulsas en la historia del arte mexicano. Una gran parte se formó a partir de donaciones de artistas, críticos de arte y demás especialistas que han creído en este proyecto que lleva cerca de cuatro años de trabajo y por el cual han transitado más de una veintena de jóvenes estudiantes de historia, literatura, artes visuales y comunicación. Precisamente la semana pasada se integraron a nuestro equipo de trabajo tres jóvenes de la licenciatura en historia del arte de la Universidad Iberoamericana, quienes escogieron tres materiales del acervo para comentar en este espacio:

Eco: arte contemporáneo mexicano. El objetivo central del libro es reflexionar de forma crítica sobre diferentes obras de los años noventa en México y la forma que surgió una nueva producción plástica que se mantuvo durante largo tiempo dentro del territorio. La construcción de la exposición homónima estuvo a cargo de Osvaldo Sánchez y Kevin Power; la propuesta curatorial mostraba la condición contemporánea de las artes visuales de nuestro país. De igual forma, tenían la intención de presentar la producción plástica que se produjo en México para mostrar una nueva mirada del territorio, ya que fue durante largo tiempo, una imagen exótica por parte de Europa y Estados Unidos. 

En la introducción del libro, mencionan los problemas institucionales con los que se enfrentan de manera constante el mundo del arte en México, en ocasiones el apoyo se ve fragmentado, ya sea por falta de fondos o interés de las instituciones. Diferentes académicos del medio artístico se encuentran conscientes de este problema y la situación del arte en México, algunos de los textos que se podrán encontrar son escritos por: Carmen Calvo, Sari Bermúdez, Ana Martínez de Aguilar, Cuauhtémoc Medina, Itala Schmelz, entre otros. La importancia de este tipo de publicaciones reside en el continuo obstáculo para el arte contemporáneo de poder financiar exposiciones que podrían ser relevantes dentro del contexto artístico mexicano.

El terminar con el estereotipo del arte mexicano que se tenía con los muralistas a través de los años y abrirles paso a nuevas propuestas de artistas emergentes, hizo que la visualidad dentro del entorno artístico mexicano tuviera una postura estética con conexiones culturales con el extranjero, y con ello, hacer notar como se produjo obra durante ese tiempo. Finalmente, esta publicación es relevante dentro del movimiento de la ruptura ya que, al llevarse a cabo en una institución como el Museo Reina Sofía, abre el reconocimiento internacional y las posibilidades de alcance que puede tener el proceso y diversidad artística que hubo en México [Elizeth Uribe]. 

Maestros de la imaginación. Arte mexicano. La publicación busca generar una óptica novedosa con la cual acercarse al arte mexicano; la imaginación y las formas en la que ésta se presenta en las producciones plásticas. A través de la revisión de distintas corrientes, artistas, épocas y sus variadas creaciones, la imaginación es entendida como un motor cultural que ha propiciado reflexiones en torno al hombre y su lugar en el universo. Así, dentro de la historia del arte occidental se puede dar cuenta de cómo la imaginación ha sido una herramienta fundamental para que el hombre se entienda a sí mismo.

Teniendo esto en mente, Lupina Lara lleva a cabo una exploración minuciosa en el arte mexicano y cómo la imaginación es imperante para el desarrollo de la plástica nacional. A través de tres capítulos, la escritora lleva a su lector por un viaje a lo largo y ancho de la historia del arte mexicano y cómo la imaginación ha sido fundamental tanto en la manufactura de piezas prehispánicas, hasta en el actual arte popular y la pintura moderna y contemporánea que se desarrolla hoy en día en el país. Este viaje se conforma por una gran variedad de imágenes que acompañan y complementan el análisis e indagación de la autora.

La mayor parte del rastreo que realiza la autora está enfocado en artistas del siglo XX y XXI, buscando generar una suerte de compendio de creadores modernos y contemporáneos que dialogan en torno a la imaginación dentro del inconsciente colectivo mexicano. El viaje culmina en un índice de artistas; aquellos maestros de la imaginación que tienen mucho que ofrecer al panorama cultural latinoamericano. Así, el lector no sólo tendrá la oportunidad de revisitar la historia del arte, sino que podrá descubrir a grandes pintores que actualmente se desempeñan dentro del sistema artístico actual [María Ortíz]. 

Germán Cueto. Esta obra rinde homenaje a Germán Cueto con una visión renovada sobre la obra del escultor estridentista a través de un estudio teórico y estético. Por medio de diferentes textos escritos por historiadores como Raquel Tibol, se ofrece al lector una aproximación a su trabajo para procurar un mayor entendimiento de sus afinidades e intereses que fue construyendo a lo largo de sus viajes y relaciones con otros artistas.

Cueto perteneció a una generación de artistas mexicanos que quisieron deslindarse de las ideas nacionalistas consecuentes de la Revolución. Al igual que la Generación de la Ruptura, Cueto experimentó nuevas formas y técnicas de creación, conjugada por elementos vanguardistas de Europa y movimientos nacionales como el Estridentismo del cual era parte. 

En su trayectoria plástica figuran esculturas, máscaras, pinturas, dibujos, esmaltes y documentos de diversa índole que proyectan la búsqueda de temas, formas y materiales que deconstruyeron patrones establecidos sobre el arte mexicano. Logró consolidar un estilo por medio de la influencia de otros movimientos como el costructivismo, el futurismo, el cubismo, junto con la abstracción, que revelaban su carácter diverso y experimental. 

Su obra se construye por ciertas características que muestran una disposición a la caricatura, a las artes escénicas y a las tendencias dominantes o periféricas de la vanguardia artística de la época, con las que se identificaría creando una convergencia entre el cubismo y constructivismo, así como con el art decó y el primitivismo. De igual manera, tuvo un interés hacia la modernidad y la tecnología que se muestra en sus máscaras, cabezas y maquetas de proyectos. 

Su obra también recurrió a una tendencia política característica del estridentismo, influenciado por movimientos sindicalistas, así como revoluciones de otros países. A pesar de que se vislumbran destellos comunistas en su producción, fue criticado por una carencia de radicalidad en su obra y en su acción a diferencia de otros artistas de la época; siempre se posicionó ajeno al alboroto y al estrépito [Mariana Pérez].